Revista Proceso

Anticomunismo Arzobispal. ¿En que consiste el cambio de estructuras?
Proceso 116; Enero 2, 1979. Farsa Oficial de Inocencia. Escucha Pontífice.

¿Fidelidad a la Iglesia o a Cristo?
Proceso 118; Febrero 5, 1979.

Sugerencia a la Izquierda del Celam
Proceso 119; Febrero 12, 1979.

SNTE: La Niñez Mexicana en Manos de la Mafia
Proceso 120; Febrero 19, 1979.

Autonomía e Irracionalidad Universitaria
Proceso 121; Febrero 26, 1979. Bajo el Control.

Meollo Fascista de Nuestro Sistema Político
Proceso 122; Marzo 5, 1979.

Petróleo para el Socialismo
Proceso 123; Marzo 12, 1979. Sugerencia al PRI.

Empresario Modelo: Católico y del PRI. HILSA, Hulera Industrial Leonesa, SA. “Remedio Contra la Mafia Nacional del SNTE”
Proceso 126; Abril 2, 1979.

Que Triste Encíclica
Proceso 127; Abril, 1979. Redemptor Hominis. Cristo de Nuevo Crucificado. Elecciones y Oportunismo.

El Desengaño: Régimen Contrarrevolucionario
Proceso 130; Abril 30, 1979.

Represión e Intimidación en Coyoacán
Proceso 131; Mayo 7, 1979. Manipulación de la Biblia (El Celam y el Evangelio). Apelo a la Conciencia Cristiana. Cuba y Nosotros.

Matanzas que Ignoramos (Amenaza Nacional de Militarismo
Proceso; Junio 11, 1979. Matanza del 26 de abril de 1979. Lachitaá, Municipio de Betaza, Villa Alta, Sierra de Juárez. Anticomunismo y Neurosis. ¿Para seguir siendo libres? Nicaragua y Nosotros. Junio 13-18, 1979. Represión Hank González en Milpa Alta.

El Entendimiento entre Poder y Oposición. Pro-Unificación de la Izquierda
Proceso; Julio 9, 1979.

El SNTE Oprime a Indígenas Michoacanos
Proceso; Julio 16, 1979. Indios Tarascos de Nurio, Poblado de Paracho. Violencia del SNTE Contra Maestros Disidentes. Secuestrado por la Brigada Blanca en Gómez Palacio Durango. Por una revolución diferente. Octubre 3, 1979. “Vocero de los que No Tienen Voz”.

A Dios Sólo se Llega por el Camino de la Justicia

Porfirio Miranda Impugna la Fe del Liberalismo

Entrevista por María Esther Ibarra
Proceso, No. 738; Diciembre 24, 1990

 

CULTURA

Su convicción de la existencia y la vigencia de Dios no la sostiene a partir de su condición sacerdotal, tampoco por su formación como filósofo y mucho menos por una cuestión de fe, dogma o misterio. Dice el ex jesuita Porfirio Miranda y de la Parra: “Si los teólogos se hacen guajes con este asunto, es problema de ellos”.

No habla desde el púlpito que ocupó durante varios años, ni desde el aula de la Universidad Autónoma Metropolitana, en la que imparte la clase de Historia de las Doctrinas Políticas y Sociales. Habla a partir de lo que él considera como el ineludible e inequívoco imperativo del ser humano: la auto conciencia de si mismo y frente a los demás.

Postrado en una camilla del Hospital de Cardiología con un amago de ataque cardíaco, el autor de los libros polémicos Marx y la Biblia y Hegel tenía razón, que lo emparentaron en los años 70 con la teología de la Liberación y lo situaron en el debate social y religioso de América Latina, acepta la entrevista con Proceso. Rostro pálido, desencajado, pequeños ojos perdidos en unas enormes ojeras, se transforma más ante las preguntas de la reportera que ante las explicaciones acaso poco comprensible de los médicos.

MEI: En el mundo actual, ¿cómo se puede entender a Dios o la noción de él?

JPM: Lo primero es que no es necesario cambiar la noción o el concepto de Dios, basta atenernos al de la Biblia. Este tiene cada día más actualidad. Ese Dios sólo es concebible a través del clamor del prójimo oprimido que pide justicia y apoyo. Esto es clarísimo en e1 antiguo y en el nuevo testamento: Dios sólo es abordable, aproximable, a partir de este imperativo moral que no sólo cada día sigue siendo más válido, sino es el único capaz de revolucionar al hombre y al mundo. Es ese imperativo moral, exigente, implacable, es el más claro de los sonidos que Dios nos puede hacer llegar. Sí, es tradicional en el cristianismo, pero la voz de la conciencia es la voz de Dios.

MEI: Esa voz, esa noción de Dios, ¿cómo se experimenta, cómo se vive, cómo encarna en la actualidad?

JPM: Lo que suele suceder con los que se han convertido en ateos, agnósticos, escépticos, es que están pensando que Dios es un señor de barbas o con cuerpo. Es absurdo. Dios es espíritu y sólo es conocible para la conciencia, la razón. No para la vista ni la imaginación, ni tampoco para los sentimientos o las afectividades, Dios sólo es conocible para la razón y lo percibimos en ese imperativo moral de justicia.

MEI: ¿Pero qué le significa o le deja de significar Dios al hombre actual?

JPM: Los teólogos han tenido culpa en esa creencia de que Dios es abordable únicamente a través de los sentimientos. Eso es falso. Es ese imperativo moral el que nos permite conocer a Dios, y no ese cálculo de pérdidas y ganancias, de mero remunerador o tapa agujeros, que es como se maneja la idea de Dios o la relación con él. Y no es cuestión de negar el cielo o el infierno, sino simplemente de asumir ese imperativo en el que no hay vuelta de hoja.

MEI: ¿Cómo ha sido su experiencia con Dios a través de ese imperativo?

JPM: Primero, es que descubrí a Dios en el rostro del pobre, del que sufre. Esa ha sido mi experiencia y relación con Dios.

¿Por qué la descubrí ahí? Porque ahí es donde es exigente el imperativo de justicia. Es donde Dios es inacabablemente exigente. Ahí no hay límites ni concesiones. Lo descubrí en forma consciente hace 30 años, pero desde la inconsciencia de la niñez uno puede descubrir a Dios. No se necesita ser mago.

MEI: Es difícil experimentar a Dios así. ¿Cómo se logra o se puede establecer esa relación?

JPM: No es difícil, pero si exigente. En esta relación no se atiende a la naturaleza porque por naturaleza seríamos animales, seriamos unas bestias, rigurosamente no seríamos hombres. Ciertamente, en este sentido Dios no es un Dios fácil. Pero tampoco, es difícil obedecer a ese imperativo moral, aunque a veces enfrente uno situaciones difíciles.

MEI: ¿A usted le ha sido difícil en un momento obedecer a ese imperativo moral?
Medita la pregunta. Busca un ejemplo, una vivencia tal vez.

JPM: Sí, una vez fue difícil, pero ganoso. Fue en el año de 1961 con el cardenal Garibi de Guadalajara. El no quería que me metiera con los obreros a enseñarles cristianismo, pese a que ellos me lo pedían. Lo más fácil hubiera sido hacerle caso a Garibi, me hubiera quitado de problemas. Las represalias eran obvias: un pleito con el cardenal no es cosa fácil, ¿Cómo lo resolví? Atendí a los que dice San Pedro en los Hechos de los apóstoles: juzgar si uno debe obedecer a Dios o a los hombres. Punto. Fue difícil y al mismo tiempo ganoso.

MEI: ¿Qué ganó usted? .

JPM: No es cuestión de pérdidas y ganancias. No es cuestión de satisfacción personal. No se hace para conseguir algo. Dios no es medio para otra cosa. Es fin en sí mismo, es meta y se acabó. Eso es lo inadecuado que plantea la Iglesia y que va en ese sentido de la satisfacción del deber cumplido. Si ese fuera el fin con Dios, lo estaríamos convirtiendo en un medio y al prójimo en la inmoralidad máxima.

MEI: ¿Es así como se está viviendo la experiencia con Dios?

JPM: No lo sé con exactitud, pero siento que la situación está mal. Los ideólogos o intelectuales mexicanos, entre comillas, lo que están enseñando al pueblo es de una superficialidad total. No, prefiero no dar nombres, porque son casi todos. Pero lo que vemos que están difundiendo es una especie de ideología liberal, en la cual entienden libertad por irracionalidad, por sostener lo que piensan y creen sin dar razones. Eso no es libertad.

Libertad es ser responsable a ese imperativo moral de justicia. El hombre es responsable o no es hombre y responsable significa dar cuentas.
“A esto hay que añadir que los curas y los teólogos, de los obispos para abajo, están demostrando ser incapaces de combatir esa noción de libertad, con la verdadera idea de Dios y de la Biblia. Y no es que estén de acuerdo con ello, sino que no han caído en la cuenta de lo que están haciendo. Son de una superficialidad tremenda. Les ha faltado precisar quién es Dios y lo que nos exige. Lo que hacen es difundir esa noción de que Dios es conocible por los sentimientos y no por la razón”.

MEI: Usted habla del Dios del cristianismo, el cual define a Dios como amor.

JPM: La Iglesia ha dicho muchas cosas. No estoy dispuesto a apoyar todas. Ni niego ni apruebo, ni critico ni apoyo ese concepto. A mi no me sirve eso de que Dios es amor, porque son fórmulas. Además tendríamos que hacer distingo de la palabra amor. Amor para una cosa, amor para esta otra. Así no llegamos a ninguna parte. No tiene sentido. Ahora, si me dicen “amor es justicia”, entonces no hay equívoco.

MEI: Al margen del concepto o la noción que se tenga de Dios, ¿cómo se explica el imperativo de Dios de justicia en un mundo signado por el autoritarismo de unos sobre otros, el abuso, el hambre?

JPM: ¿Por qué se debe suponer que todo esto depende de Dios? Dios es un ser superior, pero no significa que todo dependa de él. Es superior en moralidad. Es de una potencia y una riqueza personal, superior a la nuestra. No sé dónde sacan esas cosas.

MEI: ¿A que atribuye que se descalifique o se niegue la existencia de Dios?

JPM: Probablemente sea miedo o temor de ese hombre a comprobar que hay un ser infinitamente superior que él en lo moral. Hay hombres que quieren ser la cumbre absoluta y no tener que rendir cuentas a nadie. En otras palabras no quieren ser hombre, y hombre significa ser responsable, que responde. Tratan de quitarse esa responsabilidad y entonces cómodamente le llaman libertad. Cuando alguien me sale con la babosada de que Dios no existe, lo primero que le digo es que me definan a ese sujeto que niegan.

MEI: ¿Demostrar la no existencia de Dios, no es igual de difícil que demostrar su existencia?
Ataja:

JPM: No, no, quienes niegan la existencia de Dios es que buscan la inmortalidad. Eso es todo y no hay que darle vueltas al asunto.

MEI: ¿Dios sigue siendo el gran incomprensible para el ser humano?

JPM: No, no, es lo más claro que existe. Los teólogos han abundado en ese asunto del misterio, le dan vueltas a eso de que nunca alcanzamos a entender. Es un masoquismo de estarse atormentando como si Dios fuera misterio, cuando es la cosa más clara. En él vivimos y somos, como dice San Pablo. Y su existencia es perfectamente demostrable en el más

MEI: ¿Cómo se puede demostrar la existencia de Dios en el plan científico?

JPM: En primer lugar, por el concepto de espíritu. El espíritu es estrictamente ese sobreponerse y prescindir de cuestiones materiales, de cuestiones utilitarista. El espíritu es ese imperativo moral de justicia. Durante mucho tiempo prevaleció la idea del positivismo, fundada por Auguste Comte a mediados del siglo pasado, de que no se puede hablar del espíritu en la medida que es algo que no se puede tocar. Para los positivistas, la ciencia sólo era aquello que se podía ver, tocar, oler. Esto ya es insostenible.

“Al espíritu se le conoce por introspección. Es la conciencia que tiene el ser humano de que existe. Eso es el espíritu. El puro acto de caer en la cuenta de que existimos, y es lo que hace que el ser humano tenga un yo. En resumen, el espíritu consiste en la auto conciencia.

No tiene nada de material, de ideal o mental. Evidentemente sólo otro espíritu puede hacer que exista un espíritu. En palabras de Hegel: sin un tú, el yo es imposible. En otro plano: el espíritu es la auto conciencia, y ésta sólo puede ser producida por otra auto conciencia que existía desde un principio y que no es otra cosa que Dios.

MEI: ¿Pero cuál fue la auto conciencia que produjo la auto conciencia que usted llama Dios?

JPM: No me pregunté de dónde brotó. Existía desde antes. Así como dice San Juan que la palabra existía desde el principio, así también existía esa auto-conciencia.

MEI: En el mundo actual, para un hombre común y corriente, para un simple mortal, ¿es asequible, es comprensible, es conmensurable esta explicación o noción de Dios?

JPM: No vamos a explicar a Dios, porque explicar es dar la causa de algo. Si existe desde el principio, no tiene causa. No creo que alguien tenga la menor dificultad de entender esto. Ni tampoco de poder caer en la cuenta de la auto conciencia. Basta con reflexionar sobre uno mismo, para saber lo que es el espíritu, la auto conciencia, lo que es Dios. Para esto, necesariamente se requiere que alguien nos lo enseñe y para eso tenemos la historia. Ahí tenemos a Aristóteles, a Platón, a Jesucristo mismo que hicieron evolucionar la humanidad.

MEI: ¿No es más comprensible aceptar a Dios bajo el principio de que es una cuestión de fe?

JPM: No tiene nada que ver con la fe. Pero si por fe se entiende autoconsciencia, pues entonces le podemos llamar fe. No, tampoco es por dogma, o misterio. Lo que pesa es la razón, es la que nos puede demostrar las cosas que no se ven. Y sí, ese imperativo moral del que he estado hablando, ciertamente no se ve, no se toca, pero se pesca, con mayor seguridad y certidumbre que lo que se ve. Lo que se ve con frecuencia engaña. Los sentidos no son de fiar.

¿Por qué hablo de estos personajes? – se pregunta -¿Por qué digo que el imperativo moral de justicia es cómo
se llega a Dios y es lo único capaz de revolucionar al mundo y al hombre? Es sencillo, sobre todo cuando están en discusión asuntos como la democracia y los derechos humanos”.

El ex jesuita concluye la entrevista con esta reflexión:

“La democracia y la exigencia de respeto a los derechos humanos se origina únicamente en el cristianismo. Los griegos inventaron la palabra democracia, pero nunca la tuvieron, nunca la aplica-ron. Cuando el mundo occidental se pone a meditar en la vida de Cristo y en el significado de su muerte, es que se concibe que todos los hombres tienen dignidad infinita.

No existía en ninguna parte de la historia antes de ese momento, la idea de que todo ser humano es infinitamente respetable. Aquí esta el inicio de los derechos humanos y de la democracia, de que todos los hombres somos iguales, porque todos tenemos, sin duda alguna, dignidad infinita. Es eso 1o que da vigencia al imperativo moral de justicia y de Dios. No hay más”

Entrevista Rodrigo Vera: “El Problema de Chiapas es que se Cruzaron los Zapatistas: Era mucho mejor lo que hacían don Samuel y sus misioneros; Porfirio Miranda. Rebate al EZLN: El recurso de las armas legítimo… con tal de que se tenga probabilidad de ganar”.
Proceso 1063; Marzo 16, 1997; pp. 20-23.

Entrevista Rodrigo Vera: Porfirio Miranda considera que Zedillo se “expresó mal”: No hay teólogos de la violencia y ningún obispo en Chiapas la justifica.
Proceso 1127; Junio 7, 1998; pp. 7-9.

Miguel de la Vega: “Para el filósofo Porfirio Miranda, el presidente Zedillo no es autista, sino incapaz, inútil y poco inteligente”
Proceso 1140; Septembre 6, 1998; pp. 16-17.

Un Pleito con la Iglesia, lo Peor para el PRI
Proceso; Marzo 16, 1997.

No Se Da Cuenta
Proceso; Septiembre 6, 1998.

Laicicismo es Ateismo
Proceso 1223; Abril 9, 2000.

Intolerancia Laica
Proceso 1226; Abril 30, 2000.

Laicisimo: Intolerancia por Definición
Proceso 1238; Julio 23, 2000.

Palabra del Lector
Proceso 1239; Julio 30, 2000.

La Lógica y el Aborto
Proceso 1242; Agosto 20, 2000.

Porfirio Miranda: Contra el indigenismo
Proceso 1269; Febrero 25, 2001.