JOSÉ PORFIRIO MIRANDA Y EL PODER POPULAR (1965-1981)
Agustín D’Acunto
El historiador argentino Miguel Mazzeo en sus obras ¿Qué no hacer? Apuntes para una crítica de los regímenes emancipatorios y El sueño de una cosa (Introducción al poder popular) postula la existencia de tres concepciones del poder popular que han sido gestadas desde experiencias y voluntades emancipatorias con el objetivo de superar el capitalismo: el poder popular como medio para la toma del poder estatal, el poder popular como medio sin fin y el poder popular como medio y fin a la vez (Mazzeo, 2005; Mazzeo, 2007).
JOSÉ PORFIRIO MIRANDA Y LA FUNDAMENTACIÓN SUSTANTIVA DE UNA ÉTICA INTERSUBJETIVA UNIVERSALISTA
Mario Rojas Hernández
Por desgracia, es muy común en nuestro país que a filósofos que han escrito mucho, que son críticos y que no siguen las corrientes de moda o no se acomodan a las autoridades académicas, se les ignora en el ambiente académico, no se les lee; y si se les lee, no se les discute de modo sistemático, o sea, no se les enfrenta en el espacio en el cual ellos se mueven y para el cual han escrito sus obras: el espacio filosófico. Pienso que esto es lo que ha ocurrido con José Porfirio Miranda.
ANTROPOLOGÍA E INDIGENISMO DE PORFIRIO MIRANDA
Luis R. Brito Crabtree
En 1999, dos años antes de morir, José Porfirio Miranda vio publicado, por parte de la UAM-Iztapalapa, su último libro: Antropología e indigenismo. Con esta obra, Porfirio llega a su objetivo y cierra con broche de oro el zigzagueante camino del proceso de su pensamiento: demostrar lo que es el ser humano. En él nos expone sus orígenes y el progreso de la humanidad en el mundo actual. Con base en ello, critica al indigenismo y la forma como ha tratado el problema indígena en México. Su último capitulo señala dos propuestas dirigidas a los teólogos.
PORFIRIO MIRANDA Y EL COMUNISMO
Joseph Ferraro Serra
“Que un cristiano se diga antimarxista, puede comprenderse”, nos dice Porfirio Miranda en su libro Comunismo en la Biblia, pues “hay numerosas variedades de marxismo, y es posible que ese cristiano se refiera a alguna de las muchas filosofías materialistas que se autodenominan marxistas aunque tienen muy poco que ver con Marx”.
LA MUERTE DE PORFIRIO MIRANDA
Jaime Abortes
Debió de haber sido el mes de septiembre de 1963. Sí, en esos días conocí a Porfirio Miranda. Yo tenía catorce años y él sobrepasaba los treinta y tres. El Colegio de los Jesuítas se ubicaba en una amplia calle soleada de la ciudad de Chihuahua. Atrás, el río Chuviscar exuberantemente seco y vacío. Porfirio había sido expulsado de Jalisco por el Cardenal Garibi Rivera, y yo de una pequeña ciudad del desierto que vivía un auge algodonero sin encanto.
JOSÉ PORFIRIO MIRANDA: UN FILÓSOFO PARA NUESTRO TIEMPO
Francisco Piñón
José Porfirio Miranda era, ante todo, un filósofo. El razonamiento de su propio mundo era su ambiente natural. Problematizaba la existencia humana precisamente porque no la quería cómoda. Radicalizaba las soluciones porque trataba de ir al fondo de las cosas. Su “racionalidad”, que no puro racionalismo, le empujaba a ir a la raíz del problema de la existencia humana.
HEGEL TENÍA RAZÓN. LA REVOLUCIÓN DE LA RAZÓN
Luis Brito Crabtree
Me siento muy honrado de participar en este merecido homenaje a José Porfirio
Miranda, celebrado en la universidad donde él mismo gestó e impartió su filosofía.
El homenaje es merecido porque Porfirio ha sido un filósofo mexicano ejemplar, profundo, gigantesco y desafiante. Al penetrar en su pensamiento uno experimenta la altura especulativa de un clásico como Aristóteles, la rigurosa metodología de un medieval como Tomás de Aquino y la lógica portentosa de un moderno como Hegel, obra que Porfirio actualizó, desarrollándola.
LLEGANDO A VARESE. JUSTICIA Y RAZÓN RECORDANDO A PORFIRIO MIRANDA
Hugo Aboites.
En marzo de 1967 ocurrió en el norte de Italia un evento tan pequeño que es perfectamente posible calificarlo de irrelevante. Como lo verán en las fotos, durante varios días se reunieron en Várese un grupo de jóvenes jesuítas mexicanos que en esa época estudiaban en Europa. Venidos de España, Italia, Francia, Alemania y Bélgica, se reunieron en una vieja casona casi al pie de los Alpes para discutir algo que era objeto de intenso interés de la mayoría.
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